Durante el surgimiento del poderoso Imperio Británico, Londres se convirtió prácticamente en el centro del mundo. Las capitales fabulosas y los recursos que llegan a la metrópolis desde numerosas colonias de ultramar han convertido a la capital de Gran Bretaña en una ciudad rica, arrogante y brillante, repleta de obras maestras arquitectónicas, magníficas salas de conciertos y tiendas de moda.
Londres es un destino codiciado no solo por innumerables flujos de inmigrantes, sino también por turistas de todo el mundo. Las exuberantes manzanas de la ciudad de la época victoriana, el Palacio de Buckingham, la Torre de Londres y la Abadía de Westminster se encuentran entre las atracciones más visitadas del mundo. Los restaurantes con estrella Michelin y los clubs de moda del barrio londinense del Soho atraen aquí al público más avanzado, progresista y selecto.