Turkmenistán es un país con un gran potencial turístico. La antigua República de la URSS ha tomado un camino completamente auténtico, a diferencia de sus vecinos menos afortunados. Turkmenistán honra las tradiciones antiguas, camina en alegres fiestas nacionales en honor al nacimiento de un niño o la cosecha, y al mismo tiempo construye ciudades modernas, desarrolla la industria.
Para un turista que decide visitar Turkmenistán, el país brillará con colores brillantes, mostrará su belleza natural y contará muchas historias fascinantes. Será interesante para los huéspedes relajarse en la zona turística de Avaza a orillas del mar Caspio, contemplar el interminable desierto de Karakum, dar un paseo en los festivales primaverales de campanillas (Chuchmoma-Sayili) y tulipanes (Lola-Sayili) o pasee por la ciudad de los florecientes jardines de Ashgabat.
En el territorio de Turkmenistán moderno, las civilizaciones antiguas ascendieron a su poder y se derrumbaron. Allí se puede ver la residencia de los reyes Parthia Nisu y las ruinas de la antigua Merv, seguir los pasos de una poderosa dinastía Los Aqueménidas y los ejércitos de Alejandro Magno. Muchas rutas turísticas se establecen a lo largo de lugares históricos famosos.