Jerusalén, sin exagerar, puede llamarse una de las ciudades más importantes de nuestro planeta. Se encuentra en el cruce de civilizaciones, culturas y religiones. Jerusalén conserva la memoria de los grandes reyes del antiguo reino de Israel, los gobernantes de los imperios romano y bizantino y los califas de los poderosos estados árabes. Jesucristo y el profeta Mahoma, los fundadores de las futuras religiones del mundo, alguna vez vagaron por las calles de la Ciudad Vieja.
Un gran número de peregrinos, así como turistas seculares, visitan Jerusalén cada año para tocar el Muro de los Lamentos, rezar en la Iglesia del Santo Sepulcro y recorrer el camino de Cristo hacia el Calvario. El corazón histórico de Jerusalén: la Ciudad Vieja está incluida en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO. Las tradiciones de la arquitectura bizantina, árabe y judía se entrelazan aquí en un extraño mosaico. No menos interesantes son los nuevos barrios de la ciudad, que comenzaron a formarse mucho más tarde. Un lugar especial entre ellos lo ocupa Mea Shearim, donde los judíos ortodoxos aún prefieren establecerse.
* La lista no incluye áreas de la ciudad que pueden verse como atracciones separadas en varias fuentes: la Ciudad Vieja de Jerusalén, el Monte del Templo, el Monte de los Olivos, el Barrio Judío y otros.